Si bien solo un tribunal puede determinar si algo constituye uso legítimo o no, la agencia Harry Fox, (que gestiona nuestras licencias de covers), establece las siguientes directrices:
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Si una parodia se centra en el trabajo original en sí mismo, por lo general, se considera una auténtica parodia y es probable que cuadre dentro del uso leal. Un ejemplo podría ser la canción de Weird Al “Achey Breaky Song” que parodia la estructura y el ritmo repetitivo de la canción original “Achey Breaky Heart”.
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Si una parodia solo implica un cambio de género o de letra y no consta de comentarios críticos al trabajo original, no puede catalogarse dentro de lo que se considera uso leal de una canción. Un ejemplo es la canción “Eat it” que parodia la letra de la canción de Michael Jackson “Beat It”. “Eat it” habla de comida y no de la canción original.
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Si un artista pretende hacer el cover de una canción, no una parodia o una sátira, en donde cambia el género y la letra de forma sustancial, eso se considera un trabajo derivado. Los trabajos derivados requieren un permiso directo de las discográficas o de los editores musicales, y por tanto no están amparados por la licencia mecánica que ofrece la agencia Harry Fox.
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